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Frases de Lucio Anneo Seneca




Citas y frases célebres de Lucio Anneo Séneca


Siempre es peor al día siguiente.


El que teme es un esclavo.


El éxito hace parecer honestos algunos crímenes.


Lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad.


Los dolores leves son locuaces, los grandes enmudecen estupefactos.


No hay ninguna cosa buena que no tenga su base en la razón.


La parte de nuestro cuerpo más sana es la que más se ejercita.


Nadie escribe en su agenda de bolsillo los favores recibidos.


Al que tiene el poder le impide hacer muchas cosas el amor a los suyos; se es más libre contra los que están enfurecidos.


Jamás se inventaría nada si todos no sintiéramos satisfechos con las cosas descubiertas.


No hay viento favorable para el que no sabe dónde va.


Pobre no es el que tiene poco sino el que mucho desea.


Una era construye ciudades. Una hora las destruye.


Lo necesario, aunque cueste sólo un céntimo, es caro.


Nunca será feliz aquel a quien atormente el que es más feliz que él.


El vino lava nuestras inquietudes, enjuaga el alma hasta el fondo y asegura la curación de la tristeza.


Pesa las opiniones, no las cuentes.


El poder basado en la violencia nadie ha conseguido retenerlo mucho tiempo; el moderado perdura; y cuanto más altos ha destacado y elevado la fortuna los poderes humanos, tanto más conviene que se contenga el que goza de esa felicidad y que tiemble ante


No nos hace falta valor para emprender ciertas cosas porque sean difíciles, sino que son difíciles porque nos falta valor para emprenderlas.


El primer arte que deben aprender los que aspiran al poder es el de ser capaces de soportar el odio.


Quien da pronto da dos veces.


Cuando una parte del todo cae, lo demás no está seguro.


Peor que la guerra es el temor de la guerra.


No hay cosa más fuerte que el verdadero amor.


La vida es como una leyenda: no importa que sea larga, sino que esté bien narrada.


La vida no es el bien ni el mal, sino simplemente el escenario del bien y del mal.


El lenguaje de la verdad es sencillo.


Lo que la razón no consigue, lo alcanza a menudo el tiempo.


El mayor vicio es cambiar de vicios.


Todo lo debemos consultar con el amigo, mas primero hay que consultar si lo es.


La amistad siempre es provechosa; el amor a veces hiere.


El honor prohíbe acciones que la ley tolera.


Sabe que cuando uno es amigo de sí mismo, lo es también de todo el mundo.


Lo que de raíz se aprende nunca del todo se olvida.


No ha habido hombre de genio extraordinario sin mezcla de locura.


Nada es más contrario a la curación que el cambiar frecuentemente de remedios.


Cabalgar, viajar y cambiar de lugar recrean el ánimo.


Peores son los odios ocultos que los descubiertos.


El mejor límite para el dinero es el que no permite caer en la pobreza ni alejarse mucho de ella.


La venganza es una palabra inhumana.


El galardón de las buenas obras es haberlas hecho. No hay otro premio digno.


Un hombre sin pasiones está tan cerca de la estupidez que sólo le falta abrir la boca para caer en ella.


La vida es como una leyenda: no importa que sea larga, sino que este bien narrada.


Mi nacimiento no me vincula a un único rincón. El mundo entero es mi patria.


Parte de la curación está en la voluntad de sanar.


Los que saben mucho se admiran de pocas cosas, y los que no saben nada se admiran de todo.


Nada se parece tanto a la injusticia como una justicia tardía.


Los deseos de vuestra vida forman una cadena cuyos eslabones son las esperanzas.


Háblame para que yo te vea.


Saber más que los otros es fácil. Lo difícil es saber algo mejor que los otros.


Si me ofreciesen la sabiduría con la condición de guardarla para mí sin comunicarla a nadie, no la querría.


No es pobre el que tiene poco, sino el que mucho desea.


Procura en tus estudios no saber más que los otros, sino saberlo mejor.


El ardimiento juvenil en sus comienzos es fogoso, pero languidece fácilmente y no dura; es el humo de una fogata liviana.


Sea esta la regla de nuestra vida: decir lo que sentimos, sentir lo que decimos. En suma, que la palabra vaya de acuerdo con los hechos.


Prefiero molestar con la verdad que complacer con adulaciones.


Gobernarás a muchos si te riges por la razón.


Echarás de menos los males a los que hoy buscas remedio.


Nadie puede ganar sin que otro pierda.


Pobre no es el que tiene poco, sino el que mucho desea.


No tengamos envidia de los que están encaramados, porque lo que nos parece altura es despeñadero.


Pocos hay viejos y dichosos.


Trata a tu inferior como quieras ser tratado por tu superior.


Jamás se descubriría nada si nos considerásemos satisfechos con las cosas descubiertas.


Nadie ama a su patria porque sea grande, sino porque es suya.


La recompensa de una buena acción es el haberla hecho.


Los vicios declarados, lo mismo que las enfermedades, son más leves.


A algunos se los considera grandes porque también se cuenta el pedestal


La venganza más cruel es el desprecio de toda venganza posible.


Nunca hay viento favorable para el que no sabe hacia dónde va.


Nuestro defecto es aprender más por la escuela que por la vida.

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