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Frases de Rabindranath Tagore




Citas y frases célebres de Rabindranath Tagore


El gorrión siente lástima del pavo real, cargado así con su cola.


Ese que habla tanto está completamente hueco, ya sabes que el cántaro vacío es el que más suena.


La amistad es como la fosforescencia: resplandece cuando el mundo se ha ensombrecido en torno.


La verdadera amistad es como la fosforescencia, resplandece mejor cuando todo se ha oscurecido. .


La vida no es sino la continua maravilla de existir.


Convertid un árbol en leña y podrá arder para vosotros, pero no producirá ya flores ni frutos.


La noche abre en secreto las flores y deja al día que se lleve el agradecimiento.


Deja que mi amor te rodee como la luz del sol, y que, aún así, te de libertad iluminada


¡Cómo pinta el deseo los colores del iris en las nieblas de la vida!


¿Qué es esto que así me aprieta el pecho?: mi alma que quiere salir a lo infinito, o el alma del mundo que quiere entrar en mi corazón?


El hombre, cuando es animal, es peor que el animal.


La vida fluye como los ríos y nadie puede bañarse dos veces en la misma agua.


El silencio lleva en sí tu voz, como el nido la música de sus pájaros dormidos.


Agradece a la llama su luz, pero no olvides el pie del candil que constante y paciente la sostiene en la sombra.


La fe es el pájaro que canta cuando la aurora esta oscura.


El que se ocupa demasiado en hacer el bien no tiene tiempo de ser bueno.


Aunque le arranques los pétalos, no quitarás su belleza a la flor.


Si lloras porque se ha puesto el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas.


Engarza en oro las alas del pájaro y nunca más volará al cielo.


Cada criatura, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres.


La tierra es insultada, y ofrece sus flores como respuesta.


Como un mar, alrededor de la soleada isla de la vida, la muerte canta noche y día su canción sin fin.


El verdadero modernismo está en la modernidad y no en la esclavitud del espíritu.


No hay más que una historia: la historia del hombre. Todas las historias nacionales no son más que capítulos de la mayor.


Al mirar a un joven no me admira la imperfección de su vida, sino la perfección de su juventud.


Leemos mal en el mundo y después decimos que nos engaña.


Agradezco no ser una de las ruedas del poder, sino una de las criaturas que son aplastadas por ellas.


No es tarea fácil dirigir a hombres; empujarlos, en cambio, es muy sencillo.


Gracias, Señor, porque no soy rueda del poder, porque soy uno de los que él aplasta.


El perrito faldero sospecha que todo el Universo conspira para cogerle el sitio.


La vida hace muchos de uno; la muerte, uno de muchos.

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