
Le pregunté al ocaso,
indagué entre las nubes,
estuve a la orilla del río
y me gritó desde su fondo,
que allí habías escrito mi nombre,
que sembraste las piedras
y con ellas creaste cada letra.
El ocaso y las nubes me contaron
que les habías jurado que me amabas.
Miré hacie el cielo, y rompiendo el azul,
vi que dos corazones
engarzados en un beso,
danzaban en el éter.
Faltaba el mar,
hasta él caminé,
y en una caracola, encontré escritos dos nombres,
el tuyo y el mío
y una palabra:
Amor.
indagué entre las nubes,
estuve a la orilla del río
y me gritó desde su fondo,
que allí habías escrito mi nombre,
que sembraste las piedras
y con ellas creaste cada letra.
El ocaso y las nubes me contaron
que les habías jurado que me amabas.
Miré hacie el cielo, y rompiendo el azul,
vi que dos corazones
engarzados en un beso,
danzaban en el éter.
Faltaba el mar,
hasta él caminé,
y en una caracola, encontré escritos dos nombres,
el tuyo y el mío
y una palabra:
Amor.