
Tiempo y silencio,
luces y sombras
realidades y ficciones.
Sigilosa y confundida,
atravieso el umbral del crepúsculo
temerosa de encontrarme con la noche,
después que mil oscuridades
se dibujaron en mi universo.
Se cruzó en mi camino un resplandor,
me destelló
y de mis pupilas heridas por el fulgor,
brotaron rocas tenaces
que amurallaron mi epidermis.
Guardo en mi cofre de ilusión
la evocación
de los primeros encuentros,
cuando ansioso tu,
y yo anhelante,
tejíamos quimeras
engarzando esperanza.
Rompimos el ayer,
ovillando en la rueca de la vida,
un hoy bajo el cual nos cobijamos.