Se va muriendo la flor,
su perfume se diluye
sus sueños son pesadillas,
su ilusión está muriendo
sus alas hechas pedazos
ya no le dejan volar.
Ya no hay agua que la riegue,
sus colores se marchitan,
sus pétalos van cayendo,
la coloqué en la ventana
para que cada mañana,
la brisa le consolara,
pero el sol quemó sus hojas
y ahora espera la noche
para bañarse en su plata,
la luna pasa de largo,
no mira hacia su ventana
y la pobre flor marchita,
casi muerta,
sin olores ni colores,
llora su fin en silencio,
esperando la esperanza,
recordando la ilusión,
atrapando los pedazos
de sus rotas ilusiones
para llenarse de ellas,
renacer o morir de una vez.