Citas y frases célebres de Proverbio chino
Si tu problema tiene solución, ¿para qué te preocupas? Si tu problema no tiene solución, ¿para qué te preocupas?
No rompas el silencio si no es para mejorarlo.
El sabio no dice lo que sabe y el necio no sabe lo que dice.
La gente se arregla todos los días el cabello. ¿Por qué no el corazón?
El sabio convive con la gente sin criticar; el necio critica sin convivir.
Cuando el dinero habla, la verdad calla.
A veces los buenos nadadores se ahogan, y los mejores jinetes caen del caballo.
Cuando un perro ladra a una sombra, diez mil perros hacen de ella una realidad.
El sabio dice lo que sabe, y el necio no sabe lo que dice.
Si te sientas en el camino, ponte de frente a lo que aún has de andar y de espaldas a lo ya andado.
Jamás se desvía uno tan lejos como cuando cree conocer el camino.
Se te caes siete veces, levántate ocho.
Aquel a quien amamos no tiene defectos; si le odiáramos, carecería de virtudes.
La sabiduría consiste en saber que se sabe y saber que no se sabe lo que no se sabe.
Un hombre feliz es como un barco que navega con viento favorable.
Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa.
La violencia es el refugio de las mentes pequeñas.
Después de vivir largo tiempo juntos, los animales acaban por amarse y los hombres por odiarse.
Nunca, nunca jamás, dijo una cosa la Naturaleza y otra la Sabiduría.
El perro en la perrera se rasca las pulgas; el perro que caza no las siente.
Con tres copas de vino ya se puede elegir una doctrina.
Si vas a comprar no empieces por enseñar el dinero.
Jamás desesperes en medio de las más sombrías aflicciones de tu vida, pues de las nubes más negras cae un agua limpia y fecundante.
La verdadera sabiduría consiste en saber que se sabe lo que se sabe y saber que no se sabe lo que no se sabe.
Si caes siete veces, levántate ocho.
Ser amable es ser invencible.
No confundas, jinete, el galopar del caballo con los latidos de tu propio corazón.
Nada falta en los funerales de los ricos, salvo alguien que sienta su muerte.
Si no quieres que nadie se entere, no lo hagas.
La medicina sólo puede curar las enfermedades curables.
Hay que subir la montaña como viejo para llegar como joven.
Cuando un Estado ha conseguido cinco grandes victorias, está en la ruina.
Cuanto más gordo sea tu enemigo, mejor para vencerle. Es más fácil clavar un cuchillo en el buey que una uña en la pulga.
Sólo si declaras la guerra a todas las religiones, estarás en paz con Dios.
Disfruta hoy. Es más tarde de lo que crees.
Nunca se pierden los años que se quita una mujer, van a parar a cualquiera de sus amigas.
Un hombre tiene la edad de la mujer a la que ama.
La esperanza es como el azúcar en el té. Aunque es muy poca, todo lo endulza.
Todos los hombres son sabios; unos antes, los otros después.
El hombre tiene dos ojos para ver, la mujer para ser vista.
Ganar un proceso es adquirir una gallina y perder una vaca.
El espíritu camina más que el corazón pero no va tan lejos.
El hombre que no sabe sonreír, no debe abrir una tienda.
Conocer a los otros no es más que ciencia; conocerse a sí mismo es inteligencia.
La puerta mejor cerrada es aquella que puede dejarse abierta.