El Loco se considera la primera carta del Tarot. Sin embargo, para algunos también es la última. En realidad, si tenemos en cuenta que los Arcanos Mayores simbolizan el viaje de un alma, El Loco nos habla del principio, y del reinicio; de esa rueda que una vez alcanzado un punto vuelve a iniciar el movimiento. Por eso no tiene número, sino un 0 (claro que para algunos es la carta 22). En la baraja Rider Waite, se nos muestra la imagen de un joven alegre que mira hacia adelante sin miedo. Va bien vestido, y lleva en su mano una hermosa flor blanca que nos habla de la inocencia. El joven se sitúa al borde de un acantilado con la compañía de un perro, también blanco, lleno de viveza. En este caso el perro no parece entorpecerle sino que está contagiado del impulso juvenil que desprende la figura. Al fondo el sol brillante, y un fondo amarillo extraordinariamente luminoso. Además, el paisaje nos muestra otras montañas llenas de picos afilados, diciéndonos las muchas cumbres que pueden subirse.
En nuestra meditación El Loco puede hablarnos de inicios. Inicios emprendidos con alegría y con esa "suerte del novato" que parece acompañar a cualquier joven emprendedor. Si nos fijamos, este muchacho lleva sobre su hombro un pequeño hatillo; es decir, tiene algo a lo que agarrarse, algo acumulado, pero que no le impide el movimiento, sino todo lo contrario; le permite un cierto margen de seguridad pero nada pesado.
¿Ha llegado el momento de iniciar algo en tu vida? Fíjate que puede tratarse de algo para lo que nunca te has preparado, pues es algo completamente nuevo, sin cargas, sin pesos, sino ligero y lleno de entusiasmo.
El Tarot de Osho nos muestra a un joven mucho más intrépido si cabe. El precipicio es mucho más pronunciado, y el cielo se muestra estrellado y con una media luna al fondo. Parece que al caminar, el joven da pasos de baile. Nada le preocupa, sólo iniciar el movimiento. De eso parece tratarse, de ponerse a hacer algo nuevo sin darle tantas vueltas y confiando por completo en la vida misma. Tal es la confianza de este joven que, aunque bien vestido no lleva una capa que le cobije ni un hatillo con alguna que otra pertenencia. Vive la vida en plenitud, está embriagado de la vida misma con todas sus novedades, y se abre a vivir el proceso con entusiasmo. ¿Para qué el miedo si puede ser todo extraordinariamente gozoso y divertido? Esta carta nos habla de la confianza total, de no guardar nada en la retaguardia, sino valorar cada acontecimiento como algo nuevo que traerá su propia solución.
A la hora de meditar con esta Carta de El Symbolon, me parece que se trata de alguien menos joven que en las cartas anteriores. Puede que ya haya olvidado la inocencia, pero la carta parece conminarle a recuperarla. Quizá inicie el camino hacia lo nuevo con un cierto aire de socarronería, pues no es ningún recién nacido, y, aunque sabe que debe caminar hacia algo nuevo, no olvida los recuerdos que lleva en su hatillo. No olvida que pudo haber sido un rey poderoso en un tiempo anterior, pero que ha conocido cómo también los poderosos tienen su declive. Sin embargo, aunque inicie su camino mostrando un cierto aire cínico hacia nosotros, sus pasos se encaminan hacia delante; y, cuando por fin se decida a ver el camino que se abre hacia él, puede que descubrra el rayo luminoso que señala una corona triunfal en la cima de la montaña lejana.
En nuestra meditación El Loco puede hablarnos de inicios. Inicios emprendidos con alegría y con esa "suerte del novato" que parece acompañar a cualquier joven emprendedor. Si nos fijamos, este muchacho lleva sobre su hombro un pequeño hatillo; es decir, tiene algo a lo que agarrarse, algo acumulado, pero que no le impide el movimiento, sino todo lo contrario; le permite un cierto margen de seguridad pero nada pesado.
¿Ha llegado el momento de iniciar algo en tu vida? Fíjate que puede tratarse de algo para lo que nunca te has preparado, pues es algo completamente nuevo, sin cargas, sin pesos, sino ligero y lleno de entusiasmo.
El Tarot de Osho nos muestra a un joven mucho más intrépido si cabe. El precipicio es mucho más pronunciado, y el cielo se muestra estrellado y con una media luna al fondo. Parece que al caminar, el joven da pasos de baile. Nada le preocupa, sólo iniciar el movimiento. De eso parece tratarse, de ponerse a hacer algo nuevo sin darle tantas vueltas y confiando por completo en la vida misma. Tal es la confianza de este joven que, aunque bien vestido no lleva una capa que le cobije ni un hatillo con alguna que otra pertenencia. Vive la vida en plenitud, está embriagado de la vida misma con todas sus novedades, y se abre a vivir el proceso con entusiasmo. ¿Para qué el miedo si puede ser todo extraordinariamente gozoso y divertido? Esta carta nos habla de la confianza total, de no guardar nada en la retaguardia, sino valorar cada acontecimiento como algo nuevo que traerá su propia solución.
A la hora de meditar con esta Carta de El Symbolon, me parece que se trata de alguien menos joven que en las cartas anteriores. Puede que ya haya olvidado la inocencia, pero la carta parece conminarle a recuperarla. Quizá inicie el camino hacia lo nuevo con un cierto aire de socarronería, pues no es ningún recién nacido, y, aunque sabe que debe caminar hacia algo nuevo, no olvida los recuerdos que lleva en su hatillo. No olvida que pudo haber sido un rey poderoso en un tiempo anterior, pero que ha conocido cómo también los poderosos tienen su declive. Sin embargo, aunque inicie su camino mostrando un cierto aire cínico hacia nosotros, sus pasos se encaminan hacia delante; y, cuando por fin se decida a ver el camino que se abre hacia él, puede que descubrra el rayo luminoso que señala una corona triunfal en la cima de la montaña lejana.