
La mirada se aleja,
parece que se sale de los ojos
y surcando el firmamento se bifurca,
que busca esa mirada,
hacia donde se ha ido,
camina entre las nubes
o acaso navega sobre olas danzantes
que muy lejos la llevan.
Allá se va,
buscando el infinito,
piedras, rocas y tierra
aguas inmensas cruza en sus andanzas
para volver sumisa y replegada
a refugiarse
bajo el tibio universo de una lágrima.
Pobres ojos que rompiendo la noche,
desafían vendavales de sombra
van en pos de una huella
que en lontananza,
sus raíces guardan.