
Cada día alguien nos daña,
alguien a veces nos elogia.
Siempre hay alguien que nos subestima,
y alguien que nos enaltece.
Muchas veces,
nos obligamos a decir que lo blanco es negro,
aunque su albura ciegue la retina.
Casi siempre
quien más razones tiene para honrarnos,
es quien nos detracta,
a veces la vida nos muestra su mejor cara,
la misma vida otras veces,
nos lleva por derroteros
donde acciones soterradas nos espantan.
A veces la vida,
nos obliga a sonreír como payasos,
cuando solo deseamos gritar.
En ocasiones la noche se hace diáfana,
por mil días que oscurecen.
Otras veces, sonreímos siendo incapaces
de ocultar que nos consume la rebeldía.