
Perdida en la calle del amor lejano,
mis pies sangrantes
arrasaban las piedras del camino,
laberintos, flores falsas que al tocar
se esfumaban.
Navegué noche y día,
dejaba en cada esquina una ilusión,
en los recodos, la esperanza,
bajo las falsas flores,
sembraba una semilla de cansancio.
Así son los caminos de amores perdidos,
lejanos y sombríos,
puros espejismos.